DEMOCRACY NOW--OCTUBRE 2018.Las mujeres demandan justicia, no al Juez Kavanaugh
NOTAS DE ACTUALIDAD
D.NOW,OCTUBRE2018
El cuerpo de las mujeres no debería ser un campo de batalla
Columna28 DE SEPTIEMBRE DE 2018
Amy Goodman y Denis Moynihan
En Estados Unidos, las crecientes acusaciones de agresión
sexual que pesan sobre el juez Brett Kavanaugh, candidato a la Corte Suprema
del presidente Donald Trump, ameritan una investigación exhaustiva del FBI y no
un juicio apresurado. Hasta la fecha, tres mujeres han presentado acusaciones
graves sobre el comportamiento abusivo y potencialmente criminal de Kavanaugh.
El periódico The Washington Post fue el primero en publicar
la denuncia de la primera mujer, la Dra. Christine Blasey Ford. La nota decía
textualmente: “Kavanaugh la inmovilizó en una cama y la manoseó por encima de
la ropa, apretando su cuerpo contra el de ella mientras intentaba quitarle el
traje de baño de una pieza y la ropa que llevaba encima de eso. Cuando Blasey
Ford trató de gritar, ella afirma que Kavanaugh le tapó la boca con la mano.
‘Pensé que podría matarme sin darse cuenta’, declaró la mujer”.
La Dra. Christine Blasey Ford describió públicamente los
hechos el jueves, en una histórica audiencia del Comité Judicial del Senado en
la que ella y el juez Kavanaugh testificaron bajo juramento: “Había música en
el cuarto, que fue puesta a mayor volumen por Brett y Mark después de que
entramos allí. Fui empujada a la cama y Brett se lanzó arriba mío. Comenzó a
manosearme todo el cuerpo y a frotarse sobre mí. Grité esperando que alguien me
oyera escaleras abajo, y traté de sacármelo de encima, pero era demasiado
pesado. Brett me manoseó y trató de sacarme la ropa. Le costaba porque estaba
muy borracho y porque yo tenía un traje de baño de una pieza debajo de la ropa.
Creo que iba a violarme. Traté de gritar por ayuda, pero cuando lo hice, Brett
me tapó la boca para que dejara de hacerlo. Esto fue lo que más me aterrorizó y
tuvo el mayor impacto en mi vida posterior. Era muy difícil para mí poder
respirar y pensé que Brett iba a matarme sin darse cuenta’”.
Esta semana, una segunda mujer, Deborah Ramírez, describió
el abuso que sufrió en una habitación compartida del campus de la Universidad
de Yale, donde cursaba su primer año junto con Brett Kavanaugh. Ramírez dice
que Kavanaugh exhibió sus genitales ante ella cuando estaba ebria en una
fiesta. “Recuerdo haber visto un pene frente a mi cara”, le dijo a la revista
The New Yorker, y que luego vio a Kavanaugh subiéndose los pantalones.
Julie Swetnick fue la tercera mujer en hacer pública su
denuncia. El miércoles afirmó que fue drogada y violada en grupo durante una
fiesta en la que Brett Kavanaugh estaba presente. Swetnick afirmó en una
declaración jurada: “También fui testigo de las acciones de Mark Judge, Brett
Kavanaugh y otros para que las chicas se emborracharan y desorientaran, para
que luego pudieran ser ‘violadas en grupo’ en una habitación lateral o
dormitorio por un ‘tren’ de numerosos jóvenes”.
En una entrevista sin precedentes que brindó esta semana a
Fox News, Kavanaugh, sentado junto a su esposa, afirmó: “En Estados Unidos
tenemos justicia”. Cuando se le preguntó si el FBI debería investigar estas
acusaciones de las mujeres, eludió el tema. Por supuesto que lo hizo, porque
eso retrasaría su audiencia de confirmación en el Senado e involucraría
testimonios de más personas, lo que invalidaría su estrategia de defensa de “él
dijo, ella dijo”. ¿A qué llama justicia Brett Kavanaugh?
Basta con ver un caso reciente en el que el juez Kavanaugh
emitió un dictamen respecto a una joven de 17 años de edad referida como “Jane
Doe”, que huyó de su país para escapar de una situación de abuso y descubrió
que estaba embarazada mientras permanecía bajo custodia de la autoridad de
inmigración de Estados Unidos. Ella decidió interrumpir el embarazo, lo que
habría sido algo de rutina durante el gobierno del expresidente Barack Obama.
Sin embargo, el gobierno de Trump intentó detenerla y Kavanaugh apoyó ese
intento.
La agencia federal responsable de velar por los menores no
acompañados, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, está a cargo de Scott
Lloyd, que fue designado por Trump. Lloyd no tenía experiencia de trabajo con
asuntos de refugiados. Se trata de un antiabortista fanático que se ha descrito
a sí mismo como el creador de las restricciones sobre los abortos en etapas
avanzadas del embarazo. Durante el gobierno del expresidente George W. Bush fue
coautor de una normativa que permitía a los proveedores de servicios médicos
religiosos negarles a sus pacientes los métodos anticonceptivos y el aborto.
Como director de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados
de Trump, Lloyd intervino personalmente en las acciones para desalentar a las
mujeres jóvenes que están bajo el control de la oficina de hacerse abortos.
Incluso intentó forzar a una víctima de violación que había sido inseminada por
su violador a llevar el embarazo a término en contra de su voluntad. En ese
caso, Lloyd escribió que prestar ayuda a la víctima conduciría a la
“destrucción definitiva de otro ser humano”.
La Oficina de Reasentamiento de Refugiados forzó a Jane Doe
a ir a un “centro de crisis de embarazo” operado por una organización religiosa
y antiabortista, donde las mujeres son atosigadas con desinformación sobre el
aborto y presionadas a llevar su feto a término. La joven obtuvo representación
legal de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y finalmente tuvo
acceso al procedimiento de interrupción del embarazo. La Unión Estadounidense
por las Libertades Civiles escribió: “Si no fuera por la intervención del
tribunal, la señora Doe se habría visto obligada a llevar su embarazo a término
y dar a luz en contra de su voluntad”.
El caso fue tratado en pleno por los nueve jueces del
poderoso Tribunal Federal de Apelaciones del Distrito de Columbia. El juez
Merrick Garland, a quien los republicanos del Senado le negaron la audiencia de
confirmación cuando fue nominado para la Corte Suprema por el entonces
presidente Obama, fue el juez principal del caso. El tribunal falló a favor de
Jane Doe por una mayoría de 6 a 3. El juez Brett Kavanaugh emitió su fallo en
disidencia, en el que argumentó que permitirle a Jane Doe el acceso a un aborto
seguro, legal y protegido por la Constitución equivalía a otorgar “el derecho a
un aborto inmediato a pedido”.
Esta es una semana histórica en Estados Unidos. El
presidente Trump está ejerciendo presión para confirmar como juez de la Corte
Suprema a un hombre que ha sido acusado en reiteradas ocasiones de conducta
sexual inapropiada. Trump declaró en una conferencia de prensa el miércoles, la
segunda que brinda solo desde que asumió el cargo: “Estoy a favor de la
aplicación de la ley”. Entonces, ¿por qué no autoriza al FBI a investigar las
acusaciones contra Kavanaugh? ¿Tendrá algo que ver el hecho de que más de diez
mujeres han acusado al presidente de agresión sexual o conducta sexual
indebida?
Sea que se trate del control de las mujeres sobre sus
propios derechos reproductivos o de la agresión y el abuso sexual, sabremos que
hemos progresado cuando el cuerpo de las mujeres ya no sea un campo de batalla,
cuando las mujeres compartan el poder de forma igualitaria y los hombres
abusivos rindan cuentas.
© 2018 Amy Goodman